Desde la costa chilena, entre memorias familiares y versos escritos en servilletas, Lita Guardiola ha construido una voz que no se somete. A sus casi setenta años, la poeta y narradora irrumpe con Esencia de Mujer, un libro donde la palabra se vuelve espejo, cicatriz y celebración. “Soy una mujer escapada del rebaño obediente”, dice, la autora, sin imposturas.
Su poesía honesta, reivindica el derecho a hablar sin miedo, a escribir desde el cuerpo y la experiencia. En esta entrevista con Revista Mandato, Lita reflexiona sobre su camino poético, el legado de sus ancestras, la desigualdad literaria en Chile y la importancia de escribir con autenticidad, sin importar la edad ni las etiquetas.
Lita, ¿quién es usted más allá de la poeta?, ¿cómo se definiría como mujer, como creadora y como persona?
Solo soy una mujer común y corriente, que ama leer, escribir, participar en tertulias, nada tan diferente a otras mujeres de mi edad. Me defino como una mujer que no le teme a las palabras, a los epítetos, escapada del rebaño obediente a lo políticamente correcto, dueña absoluta de su pensamiento. Y no me gusta que me definan por mi edad o estatus, porque eso no es lo que me hace ser YO.
¿En qué momento de su vida descubrió que la poesía sería su camino de expresión?
No puedo decir que en algún momento descubrí o decidí que la poesía sería una de mis vías de expresión, sino que simplemente la vida me trajo a ella, paso a paso.
¿Hubo algún hecho o figura que despertara en usted la pasión por escribir?
Desde pequeña las letras me llamaron y me mostraron mundos increíbles, leía de todo, tuve la suerte de estudiar en un colegio donde los textos básicos traían muchas lecturas y poesías. Además, mi madre vendía libros para una editorial grande y tuve acceso a muchos autores de diversos estilos. A los 15 años me regaló un poemario que me hizo adentrarme más en la lectura de poetisas, este fue “Oro Y Tormenta” de la gran Juana de Ibarbourou. Pero no puedo decir que algo o alguien despertó en mí la pasión por las letras, como dije antes, la vida me trajo a ello, paso a paso y surgió la poeta y escritora en el momento que debía hacerlo, nada más.
¿Qué significa para usted publicar este poemario a sus casi 70 años, en un momento tan íntimo y reflexivo de la vida?
Sin querer sonar petulante, este es mi sexto poemario escrito, cuarto publicado por el momento. Anteriormente escribí una trilogía sobre desamores, (“Trilogía de los Amores Tristes”) que está alojada en Amazon, y tengo registrados dos poemarios más que pronto también saldrán a la luz. Con “Esencia de Mujer” quise salir de esa zona de confort tan utilizada, como el desamor, y recopilé poemas que han sido escritos en diversas ocasiones de los últimos 20 años, para mostrar un retrato honesto de lo que me mueve, quién soy en realidad, y, sobre todo, la resiliencia que me ha permitido sobrellevar momentos dolorosos de mi vida, para, quizás, compartir con otras mujeres parte de esa fuerza. Miro mi pasado con ojos benevolentes, porque todo lo que viví, los dolores, los problemas, uno que otro trauma, son las cosas que me han convertido en la mujer que hoy soy, y a la que amo.
Usted menciona que esta obra es distinta de su estilo anterior, ¿qué la impulsó a dar este giro hacia una voz más libre, feroz y autobiográfica?
Sinceramente, me aburrí de la voz devastada y llorosa por los amores tristes, cuando en mí tengo un amor más grande, el propio. Esa voz libre y fuerte, empoderada, siempre estuvo latente en mis versos. Comencé a recopilar poemas dejados de lado, por su estilo, y casi sin darme cuenta se fue creando esta “Esencia de Mujer”, que es la mía propia y que le regalo a las mujeres que lean este poemario.
¿De qué manera la memoria de sus antepasadas aparece en estos versos?
Las memorias de mis ancestras están siempre subyacentes en los versos de este poemario, ellas me han dado la fuerza, la resiliencia para seguir en mis momentos más oscuros. Provengo de una familia gobernada por mujeres fuertes y sabias, que a su vez me revelaron las historias de sus propias ancestras, también rupturistas en lo social y políticamente correcto en los albores de 1900. Sobre todo por parte de mi abuela paterna, proveniente de un clan familiar dominado por madres, hijas, abuelas tías, empoderadas y resilientes, a las que no podría defraudar siendo una mujer débil.
¿Cómo espera que Esencia de Mujer dialogue con otras mujeres que atraviesan dolores, duelos y resiliencias semejantes?
La verdad, no escribí estos versos para ser modelo ni espejo de nadie, al parecer eso se fue construyendo solo, quizás preste mi voz para que alguna deje salir su dolor, o apoyarse en algún verso para pasar un duelo, pero, insisto estos poemas no fueron escritos con ese fin. Espero que quién los lea vea que no está sola en su caminar, y que, pese a todos los problemas y oscuridades en la vida, al final el sol siempre sale, si luchamos con fuerza para salir adelante.
¿Qué lugar tuvo la escritura en su vida personal, en momentos de adversidad o de plenitud?
A pesar de que durante 30 años no escribí cotidianamente, ni hice de esto un ejercicio para mis momentos tristes, siempre, guardé estas letras en mi corazón, para el momento en que pudiera sacarlas afuera, como catarsis de cosas que no podía manejar en su momento. Así, poco a poco fueron apareciendo papeles sueltos, servilletas emborronadas, donde en algún minuto escribí algunas palabras que luego se han convertido en poemas donde he liberado aquel dolor guardado.
¿Se siente más cerca de la tradición poética chilena, latinoamericana, o ha buscado conscientemente una voz propia al margen de etiquetas?
A decir verdad, soy una aparecida, autodidacta de la poesía y la narrativa, no tengo grandes maestras guías que me enseñaran técnicamente, salvo un breve taller de escritura creativa en 2004 en la UPLA. Escribo como me dicta el corazón, sin fijarme mucho en el estilo, así que podría decir que he hecho mi camino con una voz propia.
¿Qué emociones o pensamientos le resulta más difícil poner en palabras?
Realmente no hay nada que me cueste poner en palabras, no le temo a las críticas por lo que diga o haga, así que soy felizmente políticamente incorrecta.
Usted habla de compartir “la verdadera imagen de su alma” con el público. ¿Cómo vive la exposición de esa intimidad?
Realmente no me preocupa mostrar mi intimidad, como dije antes, soy un alma libre que no le teme a lo que los críticos (que no faltan) puedan pensar.
¿Qué encontrarán los lectores en este poemario: consuelo, compañía, fuerza, un espejo?
La voz de una mujer que ha sabido asumir su vida con ojos benevolentes y sin culpas, quizás logren ver reflejadas en mis letras pensamientos que no han sabido expresar, quizás un espejo que muestre que no están solos en este camino difícil llamado vida. Y por, sobre todo, una voz que consuele sus dolores ocultos.
¿Qué ha significado para usted la posibilidad de publicar en plataformas globales como Amazon?
Ha sido una gran aventura, un aprendizaje técnico, desde como acomodar mis textos en la plataforma virtual, como a subir textos y portadas para las versiones impresas. De ahí me nació la inquietud por comenzar a experimentar con aplicaciones profesionales para la edición, de la que este libro es mi primer ejemplo, editado totalmente por mí en InDesign de Adobe, donde la imprenta solo funge como tal, nada más. Como negocio literario, no ha sido de gran efecto, dado que últimamente los costos de envío a Chile de mis libros han terminado siendo más onerosos que hacerlos totalmente aquí.
¿Cómo percibe el panorama de la literatura actual en Chile? ¿Qué desafíos y oportunidades ve para la poesía en particular?
He tenido oportunidad de compartir en eventos poéticos con jóvenes talentos que poco a poco van resonando en la zona “underground”, dado que realmente es difícil conseguir tertulias y lecturas si no estás asociado a alguna entidad poética, o tienes patrocinantes. Es difícil despegar en nuestro país, sobre todo cuando hay grandes personajes ocupando el testero nacional. Dentro de esto, me gustaría decir que es importante que se haga hincapié en valorar y resaltar el trabajo de los artistas locales, que muchas veces por ser de regiones no tienen mayores oportunidades de mostrarse a nivel nacional, siendo casi desconocidos fuera de algunos círculos, mientras que su talento puede ser mayor que el de algún renombrado santiaguino.
Desde su experiencia, ¿cree que la literatura chilena está abriendo espacios a voces diversas y femeninas?
Esta respuesta se suma a la anterior. Pese a que se ha intentado resaltar el valor de la voz femenina, aún es mucha la distancia entre los señores y señoritos literatos y las señoras y señoritas literatas. A eso, sumado al temor a la voz más anárquica en cuanto a feminismo, que es prácticamente dejada para eventos “underground”, según lo que yo he visto, no digo que sea la santa verdad, es mi percepción. Falta mucho para que la voz femenina actual tenga mayor espacio. Caso aparte son las consagradas, obviamente, ya sea por marketing o por trayectoria internacional.
¿Qué consejo les daría a los escritores y poetas noveles que tal vez sienten miedo de exponer su pluma y su voz?
Una frase que siempre me digo a mí misma: saltar a la piscina, lo peor que puede pasar es aprender a nadar. La primera vez enfrentando a un público, es atemorizante, pero eso depende de cuanta confianza tengas en lo que haces. Si crees que estás haciendo algo que sale de tu corazón y no simplemente de juntar palabras bonitas, si crees que tu mensaje vale la pena escucharlo, ¡dale!
¿Qué cree que no debe perder nunca un poeta, sin importar la edad o el momento en que empiece a escribir?
Las ganas y la fe en lo que escribe, en el mensaje que está compartiendo desde su corazón. Ser consciente de que su voz es importante por lo que comunica, no por los premios que puedan estar asociados. Nunca hay que perder la autenticidad, ser la misma persona, con los mismos valores.
Si pudiera dejar un legado poético a las nuevas generaciones, ¿cuál sería el mensaje central de su obra?
Soy solo una obrera de la palabra, reflejo lo que veo, lo que siento y eso hace que mi verso surja, no creo tener las ganas, ni la importancia, como para decirle al poeta del futuro lo que debe decir. Cada generación, y cada individuo, debe tener su propia identidad literaria.
Y, finalmente, Lita, ¿cuál siente que es su mandato de vida como poeta y como mujer?
Ser honesta y feliz con lo que hago, nada más.
En esta era, donde la velocidad y la corrección amenazan con uniformar las voces, Lita Guardiola recuerda que escribir sigue siendo un acto de resistencia. Su palabra, tejida con memoria y dignidad, abre paso a otras mujeres que, como ella, eligen la verdad antes que la complacencia. “Ser honesta y feliz con lo que hago, nada más”, dice. Y en esa sencillez se resume un mandato poético y vital: el de una mujer que encontró en la escritura su forma más pura de libertad.
Libros publicados:
Desde Las ruinas – 2020
Del Amor y Sus Maldades – 2022
Versos Para Ti – 2023
Esencia de Mujer – 2025
Registrados y en proceso de Impresión:
Entre Sábanas (Sexo y Poesía)
Valparaíso – Marejadas
Biodata:
Lita Guardiola. Poeta y escritora de Valparaíso, Chile.
Estudió Periodismo y Comunicación Social en la Universidad de Playa Ancha.
Miembro activo de la “Agrupación de Poetas Itinerantes Rubén Darío” de Valparaíso, de la “Sociedad de Escritores de Chile filial V Región”, y de la Agrupación Literaria “Chile, País de Poetas”.
También es participante de diversos talleres y agrupaciones poéticas virtuales, tales como la Unión Latinoamericana de Poetas, Mujeres Poetas Internacional, (organizadoras del Festival Mundial “Grito de Mujer”), y últimamente participa con el grupo “Cofradía de Cuenteras” en diversos campeonatos internacionales virtuales de narrativa.
Creadora independiente, en los últimos años se ha dedicado a difundir su trabajo en presentaciones y lecturas en variados escenarios y eventos de Valparaíso.
Ha sido entrevistada y presentada en diversos medios virtuales durante el año 2025.
Ha sido parte de varias antologías, tanto impresas como virtuales, pero prefiere ser conocida por sus trabajos personales.
Descarga aquí la Entrevista a Lita Guardiola

