revistamandato.com 
Margarita Isabel Henríquez Valdés, es escritora, profesora y terapeuta Gestalt, una voz que combina sensibilidad literaria y compromiso con la memoria histórica. Su obra es un puente entre vivencias personales, la historia reciente de Chile y una mirada crítica sobre las estructuras sociales, políticas y religiosas que han marcado generaciones. En sus obras, donde conviven relatos como Aguafiestas y Kioku Ho, con textos de tono más íntimo y simbólico, Henríquez Valdés, invita a los lectores a recorrer medio siglo de experiencias, desde los ecos del golpe de Estado hasta los desafíos de la postdictadura.
La escritora es guía de talleres literarios, defensora del respeto por el proceso creativo de cada autor, su escritura se convierte en ejercicio de memoria, conciencia, resistencia y catarsis. En esta entrevista, Henríquez Valdés, comparte el trasfondo autobiográfico de sus relatos, reflexiona sobre el poder sanador de la literatura, el papel de la Iglesia en tiempos oscuros, y su convicción de que siempre es posible decir “No” frente a la indiferencia y el miedo.
¿Qué le inspiró a reunir en una antología relatos como Aguafiestas y Kioku Ho junto a fábulas más íntimas o simbólicas?
Los tres relatos principales son autobiográficos, Aguafiestas, Kioku Ho y el Bus de la ETC, los otros son una mezcla de ficción y realidad; escritos de trozos de mi vida, con un poco de aderezo de lo que pasaba por mi cabeza a raíz de esos sucesos.
¿Cómo fue el proceso de escritura: los relatos surgieron de forma individual o pensó desde el inicio un hilo común entre ellos?
Fueron surgiendo de a poco, algunos separados por años, de la década del sesenta y setenta, escribí algunas partes. Puedo decir que “mi experiencia vital de vida” es el hilo conductor, incluso saqué algunos que escribí a los quince años; me gustaban mucho, pero eran más parecidos a los cuentos de Género Negro, según me di cuenta hace unos años. Recuerdo «Marabunta», una testigo de una explosión social en un vecindario de la IV Región. «Las tenazas en el brasero» del sector Sur de Santiago y «Esos paseos por el campo», VIII Región, con temas infantiles, de intentos de vulneración de derechos.
Usted trabaja como guía de talleres literarios y es Terapeuta Gestalt. ¿Cómo influyen esas facetas en su forma de escribir o en los temas que aborda en este libro?
De la forma que influyen es estar muy consciente y saber respetar y acompañar cada creación que surge de los participantes y sus personajes, guía sin destrucción, alumbrar la senda en la búsqueda de la verdad para la autora o autor.
Aguafiestas
En Aguafiestas, retrata el escenario posterior al golpe de Estado y la resistencia silenciosa de una mujer en medio de jerarquías genuflexas. ¿Cómo surgió esta protagonista y qué simboliza para usted?
La Resistencia, con la única forma que podía expresar, desde mis antepasados de la zona central, mezcla de los promaucaes, nombre dado por los incas a los pueblos no sometidos, con los ancestros vascos y de las Islas Canarias.
¿Existe algún vínculo autobiográfico o vivencial relacionado con esas experiencias del periodo post-golpe?
Totalmente vivencial, me di cuenta después de algunos días, del peligro en el que estuve, pero no podía ser parte de esa patética comedia, una escena del teatro del absurdo, una increíble falta de conciencia de los personajes, espero que todo esto no sea una segunda «Crónica de una muerte anunciada». Me refiero al detalle de la creación de ese cuento y el castigo por mi osadía.
¿Qué sensaciones o reflexiones espera que despierte este cuento en los lectores contemporáneos?
Que siempre es posible decir No. No aceptar como cordero mudo por el terror, el ominoso acto de homenaje. O la indiferencia de los ignavos del Anteinfierno de Dante, del canto tercero, sin hacer ni el bien ni el mal, más bien optar por la cobardía.
Kioku Ho
Kioku Ho, aborda el poder ominoso de la secta del Opus Dei y su complicidad con regímenes fascistas. ¿Qué la llevó a centrar un cuento en esta temática religiosa y política?
Tal como relato en el cuento, fue todo un camino de casualidades, me recuerdo del título de una película, no estoy segura, pero parece que es algo así «Héroe por equivocación» o por error, la vida me fue llevando hacia allá, tal vez para que nadie me cuente cuentos de hadas, los únicos que acepto son los que me contaba mi mamá y ella los recibió de su abuela, Manuela Clavijo Pinto, hija de padre de las Islas Canarias.
¿Cuál es el mensaje central que quiso transmitir sobre ese acercamiento entre Iglesia y fascismo?
El mensaje es que han contribuido al alejamiento de la gente de la Iglesia. Deben hacerse cargo. El cuento los deja con una reflexión, será posible que se haya arriesgado tanto. Metida en un nido de víboras.
En cuanto a la Iglesia, debo decir que no toda la Iglesia, porque tiene tantas variables y matices como los movimientos sociales o políticos. Laicos y sacerdotes que viven en la verdad de Cristo, y la paradoja de los que viven en la imagen reflejada en el espejo.
Muy bien recuerdo al Cardenal Raúl Silva Henríquez, al sacerdote Felipe Berríos, que con el mandato del Dicasterio para la doctrina de la Fe, tiene prohibición de diez años de ejercer el sacerdocio. Y los incomparables Mariano Puga, André Jarlan, Pierre Dubois.
Ahora pienso en la muerte del sacerdote Joan Alsina, asesinado el 19 de septiembre del 73, sacado de su trabajo en el Hospital San Juan de Dios. Congruente hasta el final «mátame de frente, quiero verte para darte el perdón». La Iglesia debe ser seguidora de Jesús vivo, antes de la crucifixión. Quitarle la dimensión «mágica y paranormal»
¿Cómo fue recibido este cuento en su entorno literario o social?
No tengo más que la buena opinión de varios Escritores y Escritoras de Valparaíso y sus alrededores, y de unas amigas y alumnas, que estaban muy contentas de que fuera elegido para estar en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, desde el 11 de abril de 2024.
El libro está pensado como “un libro para la Memoria y los Derechos Humanos”.
¿De qué forma cree que la literatura contribuye a preservar la memoria histórica?
Es su gran responsabilidad, junto a los libros para educar, entretener y constatar, la Memoria Histórica, dicen que para no cometer los mismos errores, pero alguna vez me entra la duda; en esos momentos la ahuyento escribiendo y preparando nuevo material para los talleres literarios, aunque sea un granito de arena, servirá para algo.
¿Cómo cree que el lenguaje artístico y el cuento breve pueden funcionar como terapia o “catarsis”, tanto para el autor como para el lector?
Depende de qué tan dispuesto esté él o ella a reconocer que le ha servido, aunque sea en ínfima parte, para “darse cuenta”, y es lo más difícil: asumir que está frente al vacío, “tomo la decisión”, metafóricamente.
¿Cuán consciente fue su intención de curar o liberar dolor a través de estos relatos?
Un poco inconsciente al inicio, como una espina que tratas de extraer y no puedes; después sentir al recordar, cada vez, algo como una mochila que se iba haciendo más pesada. Algunas veces la sensación de estar bajo una lápida.
Usted publicó, también en 2023, El mundo de Greta (para niños), ¿qué diferencias encontró al escribir para un público infantil frente a uno adulto o histórico?
El Mundo de Greta, es para que los padres y abuelos lo lean a niños pequeños, y de esta forma también ellos lo disfruten. Me sentí muy alegre de ser capaz de tomar la voz o la memoria (o la conciencia) de esta perrita llamada Greta y contar algo de su vida, como una autobiografía de su infancia. Puedo decir que escribiendo El Mundo de Greta, aventuras, peripecias y hazañas de una perrita abandonada, sentí que volvía a la niñez, rodeada de colores. En cambio, escribir los relatos y cuentos para adultos, es entreabrir una densa cortina para atisbar lo que se puede observar desde la habitación del fondo.
¿Cómo se relaciona este nuevo libro con sus obras anteriores (cuentos, poemas y antologías) o con las temáticas que ha explorado en radios, revistas y talleres literarios?
Todo es parte de la historia de mi vida, cómo me impactó alguna noticia, alguna fecha importante, alguna frase que escuché al pasar, oír una conversación en la fila del banco, o un par de frases dentro de un auto estacionado.
Los recuerdos de infancia, anécdotas familiares, tragedias de amistades y familiares contadas por tías y abuelos; los cambios sociales y culturales.
En su trayectoria figura su participación en numerosas antologías y medios (como revistas, radio, Spotify, entre otros) ¿Cómo dialogan esos espacios con este libro en particular?
Todo se precipitó a causa del Covid, al verme rodeada de tanta muerte, tantos casos cercanos, de amistades y familia de alumnas, me llevó a pensar que tenía que reunir en un libro todo lo escrito y publicado por aquí y por allá, pero eso fue después de asistir a una lectura de Poetas acá en Valparaíso, le pregunté a la Poeta que difundió el evento si podía llevar un par de poemas, por si se ofrecía leer a los asistentes fuera de programa, y lo hice, tres poemas.
El presidente de la Sech Valparaíso y editor, me ofreció publicar mis poemas, yo le respondí que quería publicar todo, cuentos, microcuentos y poemas, así que empezamos por la primera parte, una selección de cuentos y microcuentos, después los poemas, aunque sigo publicando cuentos en Antologías.
Entre todos los cuentos del libro, ¿cuál le resultó más desafiante de escribir y por qué?
El Bus de la ETC, porque ahí sí que tomé conciencia del real peligro y lo cerca de la muerte que estuve, aunque lo sentí así cuando viví la experiencia. Con el paso de los años, y todo lo que se conoció, de los horrores que sufrieron los sobrevivientes, y los que perdieron la vida y los que jamás aparecieron; fue difícil la reconstrucción, revivir el terror. Estaba escrito desde los 80, cada década lo revisaba, lo “padecía” lo dejaba, lo volvía a leer, algunas veces hasta la mitad; hasta que tuve que retomarlo y revisar con la decisión de publicarlo, por fin, en Aguafiestas.
¿Qué tipo de lector espera que lo descubra? ¿A quién se lo recomendaría especialmente?
A los adultos y jóvenes que quieran saber de primera mano, algunas cosas de finales de los sesenta y toda la década siguiente, hasta nuestros días, en Chile, una Autobiografía escrita en Cuentos y Microcuentos.
¿Hay nuevos proyectos de talleres y proyecto literario próximo en el que esté trabajando (novela, más cuentos, segunda edición)?
-Si- siempre: talleres, y el Curso de Monitores Literarios, y en revisión otros cuentos, y un proyecto de una Novela híbrida, como se dice ahora: que en palabras de la escritora y filóloga Irene Vallejo, “la escritura se está volviendo más mestiza porque se están fusionando géneros y voces que están “desafiando las fronteras” de la literatura”.
Eso es algo que yo estoy practicando y también motivando a los integrantes de mis talleres, sobre todo después del Covid. Cuesta un poco cuando la mayoría viene con “el debe o tiene que ser así” de la Universidad o la Escuela.
Puedes descarar aquí la Entrevista a Margarita Isabel Henríquez Valdés
Querida Isabel ; Felicitaciones !
La distancia no es barrera que impida tú recuerdo entrañable .
Que las musas sigan inspirando tú interesante escritura .
Besos y abrazos con el cariño de siempre!
Gracias amigo, por leer y comentar.